lunes, 8 de noviembre de 2010

EDUCACIÓN Y CREATIVIDAD NO SON ANTAGÓNICOS


“Inspiración es el choque de un hecho contra una mente preparada”.  Louis Pasteur.

Existe tanta información en el mundo actual que no es conveniente permitir que cada quien cree su propia base de datos, es como permitir que se elaboren conceptos básicos individuales sin ninguna estandarización, esto nos imposibilitaría la capacidad de interactuar unos con otros; imagínese la comunicación entre individuos con lenguas únicas o las interacciones monetarias con sistemas numéricos diferentes.

Esto trae como consecuencia que, en líneas generales, la educación se encargue de mantenernos alejados de la concepción de soluciones y/o ideas realmente creativas.  De hecho, muchas veces se obtiene el efecto contrario porque hay menos necesidad de usar la creatividad en una base continua porque siempre habrá alguien proporcionando las respuestas adecuadas.  Por supuesto que tener una base educativa no le prohíbe al individuo que sea creativo.  Individuos educados y altamente creativos nunca se sustentan en sus conocimientos para resolver los problemas, al contrario lo utilizan para desarrollar soluciones mejoradas.

La reducción del potencial creativo comienza desde la infancia cuando se le dice al niño “No intentes ser creativo, ya disponemos de respuestas que son mejores que cualquiera de las que tú puedas crear”.  Esto es lo que tendemos a llamar Educación (que no es Aprendizaje), maximizar y memorizar lo que ya sabemos y menos enfoque en crear cosas nuevas.  No se está sugiriendo que la educación sea mala, por el contrario, mientras más conocimiento obtenga un individuo, dispondrá de mejores oportunidades para optimizar su desempeño.  El problema es que mientras estamos captando conocimiento dejamos de crear.

El proceso de aprendizaje está ocurriendo continuamente, y en la misma medida acumulamos más información.  Como parte de este proceso nos encontramos con que la educación, la observación y la experiencia nos proporcionan la información que es a su vez filtrada en tres categorías: información de conocimiento, información deseada e información no deseada.

Es importante aclarar que el deseo es una sub-categoría del conocimiento que aunque solo procesa y conserva la información que resulta ser verdadera, al inicio incluye tanto lo verdadero como lo falso y al final desecha la que no es deseada.

Cuando el cerebro reconoce que una situación requiere de una acción, o que debe darle solución a un problema, se pregunta a sí mismo: “¿Dispongo del conocimiento necesario para manejar la situación?”.  En caso negativo, se instruye a continuar con la investigación y esto puede deberse a alguna de las situaciones siguientes:
o    Toma mucho tiempo recolectar la información
o    La información no está disponible
o    Se considera que existe una mejor solución
o    Se obtiene mayor satisfacción al crear una nueva solución

Cuando se posee la información suficiente es cuando se puede proceder a la realización de acciones que conlleven a la solución.  Si ya se tiene la información, o es necesario ubicarla, se va a encontrar utilizando soluciones convencionales porque su efectividad nunca ha sido retada.  Un catalizador externo, tal como  hacer preguntas y/o presentar situaciones alternas o extremas, puede generar una apertura de la mente de los individuos tentándolos a salir de las perspectivas convencionales y obligándolos a moverse hacia la búsqueda de soluciones más creativas.

Figura – Flujo para la Resolución de Problemas






Fuente: Quality Digest March 2009 / Page 14


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